jueves, 22 de agosto de 2013

Chorodinguer

Hace 3 meses se perdió el hijueputa. Mi esposa lo lloró como si se le hubiera muerto un chiquito. Lo llamaba en la noche y le dejaba un plato con comida que dia de por medio amanecía vacío. "Deje de engordar los mapaches" le decía yo. Ella tenía la esperanza de que aparecería durante el día y pasaría por la cocina como Pedro por su casa como si nada hubiese pasado como otras tantas veces. Siempre odie a ese cabrón. Se afilaba las uñas en mi sillón favorito y si lo quería quitar de un periodicazo mi señora me hacía unos ojos de "atrevete y verás la rabieta que te hago". Tenía el pelaje tan negro como seguramente tenía el alma. Mi mujer creia que era un detalle muy tierno todos los pájaros y ratones que dejaba en medio de la cocina. Creanme que les digo que no hay nada mas asqueroso que bajar a servirse un te caliente y pisar un bicho muerto y embarrarte el pie de sangre, tripas y mierda del mismo. "Póngase sandalias y no ande descalzo, así no le pasa eso" me decía mi esposa mientras acurrucaba al maldito que me veía con ojos de "lero-lero". Ocurrió hace como un mes que ya con la corbata y el maletín en la mano iba saliendo por la puerta de adelante que oí a mi esposa pegar un grito. Corrí al patio y estaba ella en bata parada junto al maldito gato muerto. "Se murió de viejito, pobrecito" dijo mi esposa que habia heredado al animal de su abuela. No me quedó otra que ponerme con camisa de manga larga a buscar la pala y hacer un hueco para enterrarlo. Tamaña sudada me pegué y llegue tarde y todo pegajoso al trabajo. A los dos días llegando del trabajo estaba otra vez el gato bebiendo leche en la cocina. Mi señora tomaba cafe con una vecina y las dos se reían de como enterré a otro gato por equivocación. Yo no le vi la gracia. Ayer mientras metía el carro en el garage, llega el guarda del residencial con el bicho todo ensangrentado agarrado de la cola. "No ve don, le paso el carro de la basura por encima". A esa hora de la noche otra vez agarré la pala para enterrar al gato a la par de él mismo. Lo hice de acalladito para que mi esposa no se diera cuenta e hiciera un drama a esa hora. Al otro día le iba avisar. Pues diay, hoy me levanto y me encuentro a mi esposa acariciandolo en el regazo mientras lee el periodico. ¿Quieren un consejo? Nunca llamen a un gato "Chorodinger".